miércoles, 28 de noviembre de 2018

Ser madre y padre...Parte II


¡Buenos días! ¡Miércoles! Y aquí estamos de nuevo con nuestro post de la semana.

Me gustaría seguir este miércoles con el tema del post pasado (Ser padre y madre y las nuevas tecnologías, Parte I) hablar de cómo afectan en nuestros hijos nuestra propia actitud y cómo así gestionan sus emociones, cómo gestionamos los conflictos.

Como sabemos los conflictos existen, son inherentes a cualquier relación humana. En muchas ocasiones, el impulso es querer evitar el conflicto, mirar hacia otro lado. Pero, hemos de tener una cosa muy clara, lo fundamental no es cómo evitar el conflicto sino cómo gestionarlo. ¿Cómo creéis que gestionáis los diferentes conflictos? Y, ¿los de vuestros hijos?

Seguro que si pensáis en algún conflicto que habéis tenido a lo largo de vuestra vida, cómo lo gestionasteis o qué “aprendisteis” concluyáis que dicho conflicto os permitió crecer, aprender…tanto de nosotros mismos como de los demás ¡qué importante gestionar un conflicto! Si los adultos evitamos, nos enfadados, criticamos duramente…nuestros hijos tampoco validaran sus emociones.

Resolver conflictos de nuestros hijos nos resulta complicado, cuando tiene un conflicto con un compañero o incluso consigo mismo nos resulta difícil no “volcar nuestras emociones”, solemos sentirnos heridos…pero ello no ayuda a nuestros hijos a conseguir estrategias para resolver los conflictos por sí mismos o validar emociones. La mayoría de las veces nos “atascamos” en cual ha sido el problema ¿Qué ha pasado? ¿Quién empezó? Una estrategia eficaz es intentar gestionar dicho conflicto, es decir, buscar la solución dándoles la oportunidad de resolver por sí mismos ¿Qué podemos hacer?

Es importante que nuestros hijos sepan cómo se sienten los demás, tengan unas creencias, asuman unos principios, es decir, la mayoría de las veces en los patios del cole, parques o en casa nos sale de manera automática un “NO se hace…” y por qué no cambiamos ese NO por lo que nosotros SI hacemos en casa, en el cole, en el parque o en cualquier lado…es decir, por ejemplo “Nosotros SI tratamos con respeto porque nos gusta que nos respeten”. Socialmente, normalizamos toda la “lista” de lo que no hacemos…pero seguro que si hacemos una con lo que SI hacemos sea más sencillo mostrar esa coherencia entre nuestra actitud y nuestra forma de actuar.

Muchas veces es necesario orientación o ayuda para resolver nuestros propios conflictos o saber cómo podemos gestionar los de nuestros hijos, desde CES EDUCA estaremos encantados de asesorarte.
¡Buena semana a todos!
Ana Madueño
Psicóloga
“No podemos resolver problemas usando
 el mismo tipo de pensamiento
 que cuando los creamos”
Albert Einstein

miércoles, 21 de noviembre de 2018

LA ADOLESCENCIA


¡Buenas! Esta semana queremos hablar sobre un tema que seguro que muchos os habéis preguntado sobre él, ya sea porque tenéis algún hijo pasando por esta etapa o está a punto de entrar; así como muchos que la estarán viviendo. Estamos hablando de la adolescencia.

¿Qué es la adolescencia?

Es la etapa que comienza a los 11-12 años que produce cambios a nivel físico, psicológico y social y que termina, aproximadamente según las condiciones de vida actuales y situándonos en países desarrollados, al final de la segunda década de la vida. La adolescencia es una etapa de transición en la que el adolescente ya no es un niño pero tampoco se le considera adulto. Asimismo, es el momento en el que se descubre la propia identidad y se forma el autoconcepto y la autoestima que serán elementos clave para un desarrollo óptimo.
Debemos también tener en cuenta en qué fase de la adolescencia se encuentra nuestro hijo o nuestra hija para poder saber cuáles van a ser sus principales cambios, tanto a nivel físico como a nivel psicológico y social. La adolescencia podemos dividirla en las siguientes fases:

Pre-adolescencia

Esta etapa va desde los 8 a los 11 años, siendo la etapa de transición de la infancia a la adolescencia coincidiendo con el inicio de la pubertad o los cambios físicos que se producen en la adolescencia.
Al coincidir con la pubertad, en esta fase se dan notables cambios físicos que afectan a muchas partes del cuerpo apareciendo alguna descoordinación o sensación de torpeza.
En cuanto a los cambios psicológicos, observaremos un gran progreso en la capacidad de pensar de forma abstracta pudiendo pensar y reflexionar sobre situaciones hipotéticas, no logrando alcanzar del todo este tipo de pensamiento hasta la siguiente fase. Además, podremos observar que nuestros hijos intentarán encajar en los roles de género y no desentonar en la apariencia y los comportamientos diferenciados del hombre y la mujer.

Adolescencia temprana

Esta etapa transcurre entre los 11 y los 15 años y es cuando se producen los principales cambios hormonales y se cambia más el cuerpo. Observaremos que se desarrolla la musculatura y comienzan a tener una apariencia mucho más adulta. Asimismo, en muchos casos, comienza a aparecer el acné en el rostro.
En esta edad se produce una especie de “crisis interna” y comienza a ser muy importante el grupo de amigos, además de buscar su sitio fuera de la familia, formando su propia identidad, así como su autoconcepto y su autoestima. Por este motivo, tiende a valorarse mucho la opinión que los demás tienen de uno mismo, construyendo muchas veces su autoestima a través de esas opiniones.

Adolescencia tardía

Esta es la tercera y última de las etapas de la adolescencia, y ocurre aproximadamente entre los 15 y los 19 años.
En esta etapa ocurren menos cambios físicos que en las anteriores aunque, los cambios que ya han ocurrido en el cuerpo, van a provocar un impacto en nuestros hijos que puede influir en su proceso de maduración.
En esta etapa, empezarán a tener para los adolescentes un papel más importante los planes a largo plazo y comenzarán a tomar decisiones respecto a su futuro. La imagen corporal empieza a dejar de ser uno de sus principales pilares de la propia identidad, interesándose por temas sociales como la política.

Como podemos ver en este breve recorrido por las diferentes fases de la adolescencia, es un periodo difícil en el que los niños comienzan un proceso de autoconocimiento y de maduración que debemos acompañar y ayudarles en lo que necesiten. Es por esto que desde el Gabinete de psicología y logopedia de Ces Educa, creemos que es importante conocer y entender cuáles son las fases por las que ya está pasando o está a punto de empezar a pasar nuestro hijo para poder ayudarle lo mejor posible.

¿Cómo puedo entender y tratar a mi hijo o hija adolescente?

La adolescencia, como hemos visto, es una época de muchos cambios, y además, podemos encontrar comportamientos de rebeldía que, muchas veces, como padres no sabemos cómo gestionar. Esto es debido a que el intento como padres de control puede provocar situaciones de conflicto muy intensas porque nuestro hijo o hija adolescente nos está empezando a pedir independencia y vivir la vida a su manera.
Para poder comprender a un adolescente debemos intentar recordar cómo éramos nosotros a su edad, intentar ponernos en su piel y recordar esa necesidad de independencia, de querer experimentar y de búsqueda de identidad. Por otro lado, una parte difícil de ser padres, es dejar que nuestros hijos cometan sus propios errores, pero es importante que puedan aprender por ellos mismos, de su propia experiencia, aunque se estén equivocando (siempre que no haya un gran riesgo para él).
También es muy importante saber comunicarnos con ellos sin adoptar una posición de superioridad y dominación sobre tus hijos. Para que nuestros hijos e hijas puedan encontrar en nosotros un apoyo con el que contar cuando lo necesiten, debe fluir la comunicación y tienen que sentirse respetados y queridos.

Y hasta aquí el post de esta semana. Esperamos que os haya resultado interesante y útil para poder entender la etapa por la que están pasando vuestros hijos. Para ellos tampoco es fácil y muchas veces solo necesitan sentirse escuchados y saber que tienen a alguien ahí si lo necesitan. Para cualquier consulta podéis venir a visitarnos a Paseo Federico Melchor 3, Gabinete de psicología y logopedia de Ces Educa, en Getafe.

¡Buena semana!
Laura Alonso Rodríguez
Psicóloga colegiada M-28753

miércoles, 14 de noviembre de 2018

CUADERNOS DE LOGOPEDIA: CUANDO A LOS NIÑOS Y NIÑAS NO SE LES ENTIENDE CUANDO HABLAN…”NO DICE LA /r/ ¿cuándo la dirá?”


Como todas las semanas, estamos de nuevo por aquí para seguir conociendo peculiaridades y usos de nuestro servicio de Logopedia en nuestro gabinete de Psicología y Logopedia CES EDUCA.

Hoy vamos a abordar el tema de las dislalias. El/la niño/a con dislalia omite ciertos sonidos, o los sustituye por otros de forma incorrecta; por ejemplo, dice “apo” o “tapo”, en lugar de sapo. Con frecuencia, es capaz de pronunciar correctamente las sílabas por separado /sa/ pero, al unir los fonemas, comete errores. Esto hace que su lenguaje pueda resultar en ocasiones ininteligible.
Vamos a ver cuáles son los diferentes tipos de dislalias:

Dislalias fisiológicas: son debidas a la inmadurez de los órganos del habla cuando los niños y niñas todavía son pequeños, por lo que todos pasan por una fase de dislexia, que debe preocupar a los padres si continúa después de los 4 años de edad, porque entonces podría estar motivada por causas orgánicas.
Dislalias audiógenas: están asociadas a un defecto en la audición que impide al niño/a adquirir la facultad de expresarse con normalidad (si su percepción auditiva es defectuosa, también lo será su pronunciación), y dificulta su aprendizaje en la escuela.
Dislalias funcionales: se trata de un defecto de la articulación del lenguaje originado por un funcionamiento anormal de los órganos periféricos del habla. Los fonemas que se omiten, sustituyen o deforman con mayor frecuencia son: /r/, /s/, /z/, /l/,/k/ y /ch/. Este tipo de dislalia es el más común, y los afectados no tienen ningún defecto orgánico que la provoque. Entre otras causas, las dislalias funcionales pueden ser debidas a una educación insuficiente o un entorno familiar o social poco favorable para el niño (bajo nivel cultural y económico, desinterés de los padres...). Aunque en ocasiones este tipo de dislalia desparece espontáneamente cuando el niño crece, es preciso intervenir para corregirla si persiste después de los cuatro años, para evitar las posibles consecuencias negativas que podría tener sobre el desarrollo cognitivo y las relaciones sociales del menor.
Dislalias orgánicas: también conocidas como disglosias, se dice que son orgánicas cuando los fallos en la pronunciación están asociados a ciertos defectos de los órganos que intervienen en el habla. Se clasifican en función de la zona defectuosa: labiales, linguales, dentales, palatinas, nasales y mandibulares.

¿Cuáles son los factores de riesgo? Hay algunos factores que pueden predisponer a que un niño o niña padezca un trastorno de este tipo. Así, los pequeños que son más tímidos o despistados, los que están desmotivados o excesivamente estimulados (demasiadas actividades extraescolares), aquellos que en el seno familiar están aquejados de falta de cariño o viven situaciones conflictivas con frecuencia, incluso los niños agresivos tienen más posibilidades de tener dislalia
.
¿Cómo podemos ayudar a tu hijo/a con dislalia? Lo mejor es la prevención con la intervención precoz en nuestro gabinete con nuestro servicio de Logopedia. Aunque el pronóstico depende del tipo de trastorno y su causa, normalmente el habla puede mejorar con una terapia adecuada. Esta se suele basar en la realización de ejercicios para perfeccionar la musculatura utilizada en la producción de sonidos. Así, se intenta que mejoren la articulación de las palabras, la utilización de la respiración, el ritmo en la pronunciación, la expresión...Normalmente, se le plantean al niño en forma de juegos, para que le sea más sencillo y ameno adquirir estas nuevas habilidades. Para que la terapia sea eficaz es importante que los padres se impliquen y ayuden al niño o niña también en su propio hogar. Si tu hijo/a tiene un habla ininteligible o no pronuncia algún fonema en particular, no dudes en consultarnos y te asesoraremos para ayudarle a desarrollar correctamente su habla.

¡¡¡ FELIZ SEMANA PARA TOD@S!!!!

Beatriz Ruiz Hernández.
Logopeda
Col. 28/1047

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Ser padre y madre…y las nuevas tecnologías. PARTE I


¡Buenos días! Un miércoles más aquí estamos para conocernos un poquito más. Este miércoles nos gustaría empezar a introducir un tema, desde nuestro parecer, muy interesante y controvertido, ser padre y madre por un lado y por otro ser padre y madre hoy en día con las nuevas tecnologías…Se trata de un tema bastante amplio, así que iremos haciendo diferentes post en relación…

No es fácil ser padre o madre…o al menos ser el padre o madre perfecto que creías que serías…rompamos con ese mito. Tu hijo no necesita nadie perfecto te necesita a ti…necesita que comprendas sus miedos, sus inquietudes, sus alegrías o frustraciones…. Nuestros hijos aprenden de nosotros y nosotros de ellos. 

Si hubiera una encuesta de los valores más importantes que queréis que vuestros hijos tengan como legado probablemente los más votados serían que sean capaces de conseguir lo que quieran en la vida, sean autónomos, y que sean felices….¡Vaya responsabilidad la nuestra!

Nuestros hijos son “expertos en sentir”, como cualquier ser humano necesitan expresarse, poner nombre a sus emociones. Es importante escucharlos y acompañarlos “mamá y papá me entienden”. Las emociones una vez más, fundamentales en la vida de cada uno de nosotros…y os preguntaréis ¿Qué relación tiene todo esto con las nuevas tecnologías? Bien, no hace falta mirar muy lejos para ver a “cualquier niño” con una Tablet o un móvil…muchos pensaréis que se trata de la época actual, que han de estar al día, adaptarse…Pero, si reflexionamos ¿Cuándo cogemos el móvil o Tablet los adultos? Una de las respuestas podría ser cuando estamos aburridos, tristes o no queremos pensar en el día  “tan duro” que hemos tenido así con dichos “instrumentos” desconectamos “un poco”… ¿Te resulta familiar? Y ¿por qué en los niños iban a ser diferentes? ¿Por qué no iban a “evitar” esas emociones  o “refugiarse” del mismo modo?

Los niños necesitan moverse, estimular sus habilidades motrices, intelectuales, sus relaciones sociales y somos los adultos los responsables de ofrecerles diferentes alternativas. Hagamos que la Tablet sea una opción entre muchas otras, que no haga de “cuidador” mientras nosotros estamos ocupados.

Claro que nuestros hijos han de adaptarse a los nuevos tiempos, a las nuevas tecnologías, pero no como refugio, sino como una opción de aprendizaje. Cuando las demás necesidades (sociales, motoras, intelectuales…) no están satisfechas es cuando aparece el mal uso. Y probablemente lo más difícil sea cómo acompañarlos, cómo saber qué necesita, cómo conectar con ellos…Si somos capaces de poner nombre a sus emociones y a las nuestras, cómo se sienten y cómo nos sentimos y de estimular sus necesidades (no tan diferentes a las nuestras) estamos recorriendo el camino.

“No hay separación de mente y emociones; 
las emociones, pensamientos y aprendizajes están relacionados”
Eric Jensen
Ana Madueño
Psicóloga