miércoles, 22 de mayo de 2019

¿CÓMO ME COMUNICO?



¡Buenas tardes! Esta semana en el blog vamos a hablar sobre algo que, queramos o no, hacemos en nuestro día a día: comunicarnos. Situaciones sin importancia como cuando salimos de casa y nos cruzamos con un vecino, estamos perdidos y queremos encontrar una calle, pedimos el desayuno en un bar, la cuenta o un vaso de agua, requieren que tengamos ciertas habilidades sociales para poder llevarlas a cabo.

¿A qué otras situaciones sociales nos enfrentamos día a día? Muchos días nos vemos metidos en situaciones que nos obligan a expresar lo que pensamos, nuestros sentimientos y a defender nuestros derechos en las que también son necesarias las habilidades sociales para solucionarlas con éxito. ¿Cuántas veces no hemos sido capaces de decirle a un compañero que no te gusta cómo está haciendo su parte del trabajo para clase? O, por el contrario, ¿cuántas veces has sido muy brusco diciéndole a tu pareja lo que no te gusta o lo que te molesta que haya hecho?

Si nos paramos a pensar, seguro que recordamos situaciones en las que no hemos sido capaces de expresar lo que queremos o que, al contrario, lo hemos hecho de una forma desagradable, atacante; y, en otras, hemos sido capaces de expresarnos de una forma adecuada. Si bien es cierto, todos tenemos una manera predominante de comunicarnos; es decir, un estilo de comunicación. Con todo esto, podemos describir tres estilos de comunicación:

1. Estilo pasivo:
o   No expresa adecuadamente lo que siente y desea.
o   No se atreve a rechazar peticiones y se siente culpable si lo hace.
o   Se deja dominar por los demás.
o   Se deja involucrar en situaciones que no son de su agrado.
o   Suele callar, hablar en voz baja e insegura, mostrarse nervioso y evitar el contacto ocular.
o   No se atreve a defender sus derechos.
o   No afrontan los conflictos.

2. Estilo agresivo:
o   Aquella persona que defiende en exceso sus derechos e intereses personales, sin tener en cuenta los de los demás.
o   Se muestran seguras de sí mismas, sinceras y directas pero de forma inadecuada ya que expresa sus opiniones de manera hostil, exigente o amenazadora.
o   Cualquier conflicto se convierte para ella en un combate que hay que ganar.

3. Estilo asertivo:
o   Es consciente de lo que siente y desea en cada momento.
o   Gane o pierda, siempre conserva su respeto y dignidad.
o   Sabe comprender y manejar de forma adecuada sus sentimientos y los de los demás.
o   No exige lo que él quiere.
o   Acepta sus limitaciones.
o   Lucha por conseguir sus objetivos.
Además, debemos tener en cuenta que existe la comunicación verbal y la no verbal, y que debemos tener ambas en cuenta a la hora de comunicarnos. Según el tipo de estilo que utilicemos, tendremos unos comportamientos a nivel verbal y no verbal, así como una serie de pensamientos y sentimientos relacionados con las situaciones comunicativas y nuestro estilo predominante. En la tabla que aparece a continuación podemos ver esto que acabamos de describir según cada estilo de comunicación.


Pasivo
Agresivo
Asertivo
Nivel verbal (lo que decimos)
No importa”, “Como tú prefieras”, “Bueno…”, “Te molestaría que…si te molesta no lo hago”, “Puedo… si no quieres no lo hago”
Por tu culpa…”, “Más te vale…”, “Eres…”, “Pareces…”, “Deberías…”, “Tienes que…” Invalida los sentimientos del otro, hace verbalizaciones negativas hacia la otra persona, comentarios sarcásticos y humillantes. No escucha
Me siento…cuando tú te comportas…” Habla sobre conductas no sobre la persona. “Yo creo…”, “Yo pienso…”, “Yo me siento… cuando…” (Habla en primera persona). “¿Qué opinas…?”, “¿Qué te parece…?”, “A mí me gustaría…”. Hace verbalizaciones positivas, valida los sentimientos del otro. Escucha activa
Nivel No verbal
(Lo que hacemos)
Desviación de la mirada. Titubear, bajar el tono de voz. Postura corporal de indefensión. Expresión facial de miedo y/o duda. Movimientos corporales nerviosos o inapropiados
Mirada fija, agresiva, amenazante. Tono de voz elevado. Postura corporal tensa. Gestos enérgicos y amenazantes. Enfrentamiento. Habla rápida

Mantenimiento de la mirada. Tono de voz firme pero no elevado. Postura corporal erecta. Mirada directa. Movimientos corporales serenos. Asentimientos hacia los argumentos de los demás.

Lo que piensan y sienten
Muchas veces hacen lo que quieren los demás para evitar molestarles. Piensan que lo que ellos deseen no importa, solo lo de los demás.
Sienten impotencia, culpabilidad, baja autoestima, ansiedad y frustración
“Ahora solo importo yo”. “Lo que tú pienses o sientas no me interesa”. Piensan que si no se comportan de esta forma, son vulnerables.
Sienten ansiedad creciente, soledad, incomprensión, culpa y frustración. Baja autoestima, falta de control.
Saben cuáles son sus derechos  y los de los demás y los respetan. Sus convicciones son racionales.
Tienen buena autoestima, no se sienten superiores ni inferiores a los demás. Tienen sensación de control emocional.

Y bien, ¿te reconoces en alguno de los tres estilos? El saber cuál es nuestro estilo predominante es el primer paso para intentar llegar a ser lo más asertivo que podamos.

Para finalizar, vamos a definir la asertividad como la capacidad de una persona para trasmitir a los demás sus posturas, opiniones, creencias o sentimientos de manera eficaz y sin sentirse incómodo; es también la capacidad de defender nuestros derechos, sin dejarnos manipular y sin manipular a los demás.

Pasad una buena semana y si necesitáis ayuda para relacionaros mejor con vuestro entorno, podéis encontrarnos en el Gabinete de psicología y logopedia de Ces Educa.

Laura Alonso Rodríguez
Psicóloga colegiada M-28753


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