¡Buenas tardes! Esta semana en el blog vamos a hablar
sobre algo que, queramos o no, hacemos en nuestro día a día: comunicarnos. Situaciones
sin importancia como cuando salimos de casa y nos cruzamos con un vecino,
estamos perdidos y queremos encontrar una calle, pedimos el desayuno en un bar,
la cuenta o un vaso de agua, requieren que tengamos ciertas habilidades
sociales para poder llevarlas a cabo.
¿A qué otras situaciones sociales nos enfrentamos día a
día? Muchos días nos vemos metidos en situaciones que nos obligan a expresar lo
que pensamos, nuestros sentimientos y a defender nuestros derechos en las que
también son necesarias las habilidades sociales para solucionarlas con éxito.
¿Cuántas veces no hemos sido capaces de decirle a un compañero que no te gusta
cómo está haciendo su parte del trabajo para clase? O, por el contrario, ¿cuántas
veces has sido muy brusco diciéndole a tu pareja lo que no te gusta o lo que te
molesta que haya hecho?
Si nos paramos a pensar, seguro que recordamos
situaciones en las que no hemos sido capaces de expresar lo que queremos o que,
al contrario, lo hemos hecho de una forma desagradable, atacante; y, en otras,
hemos sido capaces de expresarnos de una forma adecuada. Si bien es cierto,
todos tenemos una manera predominante de comunicarnos; es decir, un estilo de
comunicación. Con todo esto, podemos describir tres estilos de comunicación:
1. Estilo pasivo:
o No expresa adecuadamente lo que siente y desea.
o No se atreve a rechazar peticiones y se siente culpable
si lo hace.
o Se deja dominar por los demás.
o Se deja involucrar en situaciones que no son de su
agrado.
o Suele callar, hablar en voz baja e insegura, mostrarse nervioso
y evitar el contacto ocular.
o No se atreve a defender sus derechos.
o No afrontan los conflictos.
2. Estilo agresivo:
o Aquella persona que defiende en exceso sus derechos e
intereses personales, sin tener en cuenta los de los demás.
o Se muestran seguras de sí mismas, sinceras y directas
pero de forma inadecuada ya que expresa sus opiniones de manera hostil,
exigente o amenazadora.
o Cualquier conflicto se convierte para ella en un combate
que hay que ganar.
3. Estilo asertivo:
o Es consciente de lo que siente y desea en cada momento.
o Gane o pierda, siempre conserva su respeto y dignidad.
o Sabe comprender y manejar de forma adecuada sus
sentimientos y los de los demás.
o No exige lo que él quiere.
o Acepta sus limitaciones.
o Lucha por conseguir sus objetivos.
Además, debemos tener en cuenta que existe la
comunicación verbal y la no verbal, y que debemos tener ambas en cuenta a la hora
de comunicarnos. Según el tipo de estilo que utilicemos, tendremos unos
comportamientos a nivel verbal y no verbal, así como una serie de pensamientos
y sentimientos relacionados con las situaciones comunicativas y nuestro estilo
predominante. En la tabla que aparece a continuación podemos ver esto que
acabamos de describir según cada estilo de comunicación.
Pasivo
|
Agresivo
|
Asertivo
|
|
Nivel verbal (lo que decimos)
|
“No importa”, “Como tú prefieras”,
“Bueno…”, “Te molestaría que…si te molesta no lo hago”, “Puedo… si no quieres
no lo hago”
|
“Por tu culpa…”, “Más te vale…”, “Eres…”, “Pareces…”,
“Deberías…”, “Tienes que…” Invalida los sentimientos del otro, hace
verbalizaciones negativas hacia la otra persona, comentarios sarcásticos y
humillantes. No escucha
|
“Me siento…cuando tú te comportas…” Habla
sobre conductas no sobre la persona.
“Yo creo…”, “Yo pienso…”, “Yo me siento… cuando…” (Habla en primera
persona). “¿Qué opinas…?”, “¿Qué te
parece…?”, “A mí me gustaría…”. Hace verbalizaciones positivas, valida
los sentimientos del otro. Escucha activa
|
Nivel No verbal
(Lo que
hacemos)
|
Desviación de la mirada. Titubear, bajar el tono de voz. Postura corporal de indefensión. Expresión facial de miedo y/o duda.
Movimientos corporales nerviosos o inapropiados
|
Mirada fija, agresiva, amenazante. Tono de voz elevado.
Postura corporal tensa. Gestos enérgicos y amenazantes. Enfrentamiento. Habla
rápida
|
Mantenimiento de la mirada. Tono de voz firme pero no
elevado. Postura corporal erecta. Mirada directa. Movimientos
corporales serenos. Asentimientos hacia los argumentos de los demás.
|
Lo que piensan y sienten
|
Muchas veces hacen lo que
quieren los demás para evitar molestarles. Piensan que lo que ellos deseen no
importa, solo lo de los demás.
Sienten impotencia,
culpabilidad, baja autoestima, ansiedad y frustración
|
“Ahora solo importo yo”. “Lo que
tú pienses o sientas no me interesa”. Piensan que si no se comportan de esta
forma, son vulnerables.
Sienten ansiedad creciente, soledad,
incomprensión, culpa y frustración. Baja autoestima, falta de control.
|
Saben cuáles son sus derechos y los de los demás y los respetan. Sus convicciones
son racionales.
Tienen buena autoestima, no se
sienten superiores ni inferiores a los demás. Tienen sensación de control
emocional.
|
Y bien, ¿te reconoces en alguno de los tres estilos? El saber
cuál es nuestro estilo predominante es el primer paso para intentar llegar a
ser lo más asertivo que podamos.
Para finalizar, vamos a definir la asertividad como la capacidad de una persona para trasmitir a los
demás sus posturas, opiniones, creencias o sentimientos de manera eficaz y sin
sentirse incómodo; es también la capacidad de defender nuestros derechos, sin
dejarnos manipular y sin manipular a los demás.
Pasad una buena semana y si necesitáis ayuda para
relacionaros mejor con vuestro entorno, podéis encontrarnos en el Gabinete de
psicología y logopedia de Ces Educa.
Laura Alonso Rodríguez
Psicóloga colegiada M-28753
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