Probablemente los hermanos sean de las personas que
más huella nos dejan. Compartimos la infancia, la adolescencia, cambios
evolutivos, decisiones, aprendemos a compartir…crecemos “paralelamente”.
No resulta extraño que esta relación suponga un modelo
para el resto de relaciones que tenemos a lo largo del tiempo.
Una cuestión muy habitual es cuando el hijo mayor
deja de ser el centro de atención porque ha nacido su hermano, ¿qué se supone
que pasa ahora? ¿Cómo se lo va a tomar? “Le veo diferente”…son algunas de las
dudas más frecuentes. Pues sí, no os cuento nada nuevo si decimos que esta
nueva situación puede originar celos entre los hermanos.
La relación que tienen los padres entre sí y con los
demás influirá en la relación entre los hermanos. ¿No habéis observado como en
las familias tiende a repetirse las formas de relacionarse generación tras
generación? Sí unos abuelos tienden a reunir todos los domingos a toda la
familia para comer, probablemente esta tradición la continúen sus hijos, los
hijos de sus hijos…
Por otra parte si los padres son capaces de resolver
los conflictos entre sí de manera positiva, transmitirán a sus hijos formas
parecidas de actuar.
Resulta habitual si leemos cualquier estudio
psicológico observar que los padres no suelen hablar de emociones a los hijos
en la primera infancia, bajo estas circunstancias los hermanos más pequeños
podrían buscar a los mayores a la hora de resolver algún tipo de conflicto.
Y vosotros,¿Qué opináis de la relación entre
hermanos?
“La vida no es la que uno vivió
sino la que uno recuerda, y
cómo la
recuerda para contarla”
Gabriel García Márquez
Ana Madueño
Psicóloga