miércoles, 26 de octubre de 2016

La Importancia del Apego II

El pasado post comenzábamos con una introducción sobre la importancia que tiene el apego desde que nacemos o la relación entre el apego infantil y las posteriores reacciones emocionales.

Hablábamos sobre Bowlbly, pionero en las teorías del apego, por ello y debido a su importancia me gustaría continuar por este “gran camino”. Seguro que en alguna ocasión habéis escuchado u oído hablar que existen diferentes tipos de apego. Bowlbly los clasificó de la siguiente  manera:

-          APEGO SEGURO
A través de este tipo de apego los niños tienden a percibir a sus padres o cuidadores como base segura, pudiendo cubrir y satisfacer sus necesidades fisiológicas, y emocionales. La persona “cuidadora” muestra sensibilidad, cariño y protección ante las señales del bebé, permitiendo así desarrollar un sentimiento de confianza y un vínculo positivo.

-          APEGO INSEGURO:
Apego resistente: el niño tiende a explorar poco mientras se encuentra con la figura cuidadora, tiende a responder con inquietud ante la separación, mezclando comportamientos de apego con muestras de resistencia o enfado (muestran una ambivalencia en su regreso). Suelen percibir a los padres como imprevisibles.

Apego evitativo: no muestran ansiedad ante la separación, evitando o ignorando el regreso de la madre. Este tipo de apego suele darse cuando el cuidador deje de atender las señales de protección del niño o bebé, por tanto, dejan de percibir a sus padres como base de seguridad o confianza.

Apego desorganizado: este tipo resulta de una combinación del apego resistente y evitativo. Ante este tipo de apego, los más pequeños se suelen mostrar confusos, desorientados o con ansiedad.

¿Qué repercusiones creéis que tienen los distintos tipos de apego en el desarrollo de los niños? ¿Cómo creéis que podemos estimularlo?  ¡El próximo post continuaremos por aquí!

“Todas nuestras vidas empezaron con el
afecto humano como primer soporte.
Los niños que crecen envueltos en afecto,
 sonríen más y son más amables.
Generalmente son más equilibrados.”
Dalai Lama
Ana Madueño
Psicóloga


viernes, 7 de octubre de 2016

La importancia del Apego

La primera pregunta qué podríamos hacernos es qué es el apego,  para qué utilizamos ese término…y así, la primera respuesta que podemos dar es que nos ayuda a definir la relación afectiva existente entre el niño y el adulto.
Seguro que en muchas ocasiones habéis leído u oído que desde que nacemos tenemos esa necesidad de contacto, de sentirnos protegidos y cuidados.
Pues bien, John Bowlby, pionero en las teorías de apego, definió la conducta de apego como “cualquier forma de comportamiento que hace que una persona alcance o conserve proximidad con respecto a otro individuo diferenciado y preferido. En tanto que la figura de apego permanezca accesible y responda, la conducta puede consistir en una mera verificación visual o auditiva del lugar en que se halla y en el intercambio ocasional de miradas y saludos. Empero, en ciertas circunstancias se observan también seguimiento o aferramiento a la figura de apego, así como tendencia a llamarla o a llorar, conductas que en general mueven a esa figura a brindar sus cuidados”.
Y no es menos importante destacar diferentes principios básicos que se han dado bajo esta premisa, tales como que todos los animales, incluidos nosotros (los seres humanos), buscamos la protección, el cuidado cuando no sabemos si estamos ante un peligro o amenaza…Cuando nacemos no sabemos si nos encontramos ante un peligro o amenaza, no sabemos si nos encontramos en un medio seguro o no, resulta “algo nuevo” para nosotros y buscamos ese piel con piel, esa búsqueda de protección.
 John Bowlbly hizo referencia a la relación causal existente entre el tipo de apego infantil y las posteriores vinculaciones emocionales. Es decir, quién son nuestras figuras de apego y qué podemos esperar de ellas; cuando los niños interiorizan los modelos de relación con sus figuras de apego, los mismos (modelos) les servirán de guía  para establecer otras relaciones significativas a lo largo de su vida.
            ¿Creéis en la importancia del apego? ¿Qué significa para vosotros?
En el próximo post hablaremos sobre los diferentes tipos de apego y ¡muchas más cosas!
“Cuando te acaricié, me di
 cuenta que había vivido
toda mi vida con las manos vacías”
Alejandro Jodorowsky
Ana Madueño

Psicóloga

jueves, 22 de septiembre de 2016

LOS HERMANOS

Probablemente los hermanos sean de las personas que más huella nos dejan. Compartimos la infancia, la adolescencia, cambios evolutivos, decisiones, aprendemos a compartir…crecemos “paralelamente”.
No resulta extraño que esta relación suponga un modelo para el resto de relaciones que tenemos a lo largo del tiempo.
Una cuestión muy habitual es cuando el hijo mayor deja de ser el centro de atención porque ha nacido su hermano, ¿qué se supone que pasa ahora? ¿Cómo se lo va a tomar? “Le veo diferente”…son algunas de las dudas más frecuentes. Pues sí, no os cuento nada nuevo si decimos que esta nueva situación puede originar celos entre los hermanos.
La relación que tienen los padres entre sí y con los demás influirá en la relación entre los hermanos. ¿No habéis observado como en las familias tiende a repetirse las formas de relacionarse generación tras generación? Sí unos abuelos tienden a reunir todos los domingos a toda la familia para comer, probablemente esta tradición la continúen sus hijos, los hijos de sus hijos…
Por otra parte si los padres son capaces de resolver los conflictos entre sí de manera positiva, transmitirán a sus hijos formas parecidas de actuar.
Resulta habitual si leemos cualquier estudio psicológico observar que los padres no suelen hablar de emociones a los hijos en la primera infancia, bajo estas circunstancias los hermanos más pequeños podrían buscar a los mayores a la hora de resolver algún tipo de conflicto.
Y vosotros,¿Qué opináis de la relación entre hermanos?

“La vida no es la que uno vivió
sino la que uno recuerda, y
 cómo la recuerda para contarla”
Gabriel García Márquez
Ana Madueño

Psicóloga

jueves, 28 de julio de 2016

La influencia de las nuevas tecnologías, apps, juegos…

Sí hace unos meses hubiéramos dicho que los Pokemon iban a volver a estar de moda, que íbamos a estar “buscándolos” por la calle o que incluso habría algún que otro “percance” cualquier de vosotros hubiera dicho… ¿yo? ¡Jamás! Pues sí…ha llegado una nueva ¿revolución? Llamada Pokemon Go! Y no…no es para niños, podemos andar por las calles de nuestros barrios o centros urbanos y encontrarnos a personas de diferentes edades, sexos o culturas con el mismo fin…Móvil en mano ¡cazando!
Pero ¿Cuáles son las claves desde el punto de vista psicológico para que dicho juego haya alcanzado los niveles actuales?
Lo familiar, es imposible hablar de Pokemon Go y no recordar que cuando éramos niños ya existía el famoso Pokemon, y sobre todo, como era valorado positivamente. Cuando somos niños, la mayoría, tendemos a estar alejados de los problemas, con lo cual cualquier elemento que nos recuerde a nuestra infancia nos hará valorarlo positivamente y asociarlo con aquella etapa, resultándonos creíble puesto que lo conocemos a través de las series televisivas.  A todo esto hemos de añadirle los distintos niveles de dificultad que van apareciendo a medida que más tiempo le dedicamos o la competencia.
Lo social, la influencia social, aspectos como la validación (estamos más dispuestos a comprar aquello que compra la mayoría porque son más similares a nosotros). Necesitamos interactuar con los demás,  en muchas ocasiones la aprobación del resto, hacer lo similar o sumarse a la moda resulta imprescindible para que determinadas personas se sientan socialmente integradas.
¿Qué pueden hacer los padres respecto a esto? Un aspecto muy importante que han de realizar de mutuo acuerdo con los hijos es establecer una serie de compromisos,  tales como el tiempo de juego. Desde hace tiempo los servicios médicos vienen alertando de los peligros que conlleva el uso prolongado de dichos dispositivos, y no solo a nivel ocular. Aspectos psicológicos como mayores niveles de ansiedad o irritación pueden desencadenar una dependencia de dichos instrumentos.
Y… ¿Cuál es vuestra experiencia? ¿Qué opináis de este nuevo fenómeno?

“Si quieres vivir una vida feliz, átala a
una meta, no a una persona o a un objeto”
A.     Einstein
Ana Madueño

Psicóloga

miércoles, 6 de julio de 2016

Emociones y conflictos

En ocasiones, las relaciones con las personas que forman parte de nuestro entorno son las relaciones que pueden llegar a causarnos cierto malestar. Relaciones con nuestra pareja, hijos, padres…desacuerdos o momentos de tensión que ocasionan conflictos en la convivencia.
No contamos ningún secreto cuando decimos que la  convivencia  lleva consigo en muchas ocasiones momentos de tensión, desacuerdo, diferencia de opiniones….conflictos; solemos asociar el conflicto con algo negativo que nos causa gran malestar. No tiene por qué ser así, el conflicto es natural en cualquier relación, por ello es esencial para nuestras vidas que aprendamos a gestionarlo de manera adecuada, a medir reacciones desproporcionadas e intentar utilizarlos como fuente de refuerzo para fortalecer las relaciones.
Por otra parte, sabemos que los conflictos vienen acompañados de emociones y que éstas aumentan en intensidad cuando estamos en una situación de desacuerdo, tensión…Por ejemplo…quién no se ha encontrado en una situación de conflicto familiar en el que el aumento de emociones y sentimientos le ha hecho olvidar incluso el motivo principal de la disputa.  ¿Lo recordáis?
Para recordar alguna situación de conflicto es necesario que identifiquemos las diferentes emociones las cuales resultan esenciales para las relaciones humanas, es necesario que nos familiaricemos con ellas. Desde pequeños hemos de aprender a reconocer nuestras propias emociones y las de los demás.
Resulta inevitable, en ocasiones, a pesar de todos los esfuerzos no sentirse superados por los conflictos; momentos en los que por diversas circunstancias, intensidad del conflicto en sí mismo, emociones o diferentes hechos no conseguimos encontrar la solución. Es imprescindible saber que a veces nadie puede gestionar de manera adecuada todos los conflictos de su entorno.
En la actualidad, afortunadamente, existen diferentes recursos para afrontar estos momentos.

Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y
no en el resultado, un esfuerzo
 total es una victoria completa.
Gandhi
Ana Madueño
Psicóloga


jueves, 16 de junio de 2016

LA EMPATÍA

El término empatía cada vez resulta más común. ¿Qué es la empatía? ¿Cómo responderíais a dicha pregunta?
La empatía es la capacidad que tenemos las personas de identificarnos con alguien, de comprender, entender o compartir su estado, sus sentimientos... ¿Qué necesitamos para ello? Necesitamos MIRAR y ESCUCHAR.
Escuchar y mirar esforzándonos por comprender lo que siente, lo que dice sin juzgar a esa persona, procurando ponernos en su lugar.
Hemos de fomentar la empatía desde la infancia, en los más pequeños de la casa, puesto que así le ayudaremos a comprenderse mejor, fortaleceremos su autoestima, serán capaces de expresar mejor sus sentimientos favoreciendo el desarrollo  y la adaptación emocional.
Las personas que nos rodean desde pequeños resultan fundamentales para el desarrollo de estas habilidades, ya que suponen los primeros vínculos. Seguro que habéis leído u oído en otras ocasiones que durante los primeros meses de vida los bebés se relacionan por instinto, es decir, por necesidad, todavía no son capaces de distinguir su propia identidad ni la de los demás. Cuando tienen aproximadamente 1 añito empiezan a desarrollar conciencia de su propia persona y a distinguir a los demás como realidades distintas a la suya. Entre los 2-3 años tienen la capacidad de comprender que los demás poseen sus propios sentimientos, a los 6 comienzan a comprender que los demás tienen su propia historia de vida, es a los 10 años cuando poseen la capacidad de ponerse en el lugar del otro, no obstante, siguen dando prioridad a sus propios sentimientos. En la adolescencia, serán capaces de ponerse en el lugar del otro y lo que puede estar pensando, este momento es clave para reforzar la autoestima y su adaptación emocional.
¿Cómo podemos ayudarles a desarrollar la empatía? ¡Aprendemos lo que vemos! Por tanto intenta desarrollar tu empatía y mostrársela, transmitiendo así esos valores y esa adaptación. Habla con ellos, enséñales sus emociones, cómo son sus sentimientos, pregúntale qué le alegra, qué le enfada o que le entristece ¡reconocer las emociones en sí mismo para que pueda reconocerlas en otros!, enséñale a escuchar a los demás…
Y vosotros ¿qué actividades realizáis con vuestros hijos para fomentar la empatía?


“Los que aseguran que es imposible
no deberían interrumpir a los que estamos intentándolo”
Thomas Alva Edison
Ana Madueño

Psicóloga

jueves, 26 de mayo de 2016

LAS EMOCIONES…¿QUÉ SON?

Día a día sentimos emociones, tú, tu compañero de trabajo, tu familiar….todos, tanto positivas como negativas…Pero… ¿Cómo las reconocemos? Es importante reconocerlas tanto en nosotros como en los demás, ser conscientes que sentir cualquier emoción es normal y para ello es importante conocerlas.
¿Qué entendemos por emoción? Se trata de un sentimiento que experimentamos ante una situación concreta. Es una respuesta que posee tres componentes: por una parte el físico o fisiológico (por ejemplo la forma que tenemos de respirar), el conductual (la acción de reír, llorar…) y el cognitivo (los razonamientos o justificaciones que hacemos de nuestro comportamiento cuando experimentamos distintas emociones que afectan a nuestro estado de ánimo como la alegría, sensación de indefensión…).
¿Elegimos siempre la opción que más nos conviene o “nos dejamos llevar”? ¿Podemos ser  siempre en nuestras elecciones objetivos? La mayoría de las decisiones que tomamos están influenciadas por las emociones que sentimos, teniendo éstas una función adaptativa.
Es aquí donde la Inteligencia Emocional juega un papel fundamental,  la podemos definir como la capacidad que tenemos para reconocer, comprender y reconducir las emociones y los sentimientos, tanto los propios como los demás.
La Inteligencia Emocional implica la habilidad para percibir, valorar y expresar emociones con exactitud; la habilidad para acceder y/o generar sentimientos que faciliten el pensamiento; la habilidad para comprender emociones y el conocimiento emocional y la habilidad para regular las emociones promoviendo un crecimiento emocional e intelectual‖. (Mayer y Salovey, 1997, p. 10).
Desde que somos pequeños, desde los primeros años de vida, se debe aprender a manejar las diferentes emociones. Dar a los niños un espacio donde en los que les podamos transmitir y enseñar a través del juego a reconocer, expresar y manejar adecuadamente sus emociones, el juego posee un gran valor educativo, les ayuda a comparar, a descubrir, a representar…
Motivarles, reconocer y valorar sus esfuerzos, apoyarles, darle confianza en sí mismo y sus posibilidades, hablar con ellos, enseñarle a ponerse en el lugar de los demás, animarle a expresar cómo se siente…son algunas de las claves para desarrollar la inteligencia emocional de los más pequeños de la casa.
Durante el mes de Junio haremos unos Talleres sobre Inteligencia emocional donde podréis asistir junto a vuestros hijos/as y juntos ¡aprenderemos!

“El medio mejor para hacer buenos
a los niños es hacerlos felices”
Oscar Wilde
Ana Madueño

Psicóloga 

jueves, 12 de mayo de 2016

Escuchar…y que nos escuchen

El diálogo…el modo que tenemos de dirigirnos unos a otros, la manera en la decimos las cosas, las palabras que escogemos, el tono que utilizamos…
Partimos del hecho de que todas las opiniones merecen respeto puesto que la persona que las dice es digna de lo mismo. A priori parece sencillo…pero no resulta tanto…cuando nos enfadamos tendemos a gritar, a no escoger las palabras más adecuadas…y a no entendernos. Para poder entendernos necesitamos serenidad, tranquilidad y hablar de la manera más pausada o relajada posible.
¡Un ejemplo con el que todos nos podemos sentir identificados! Cuando tenemos un problema, una preocupación o algo que nos angustia, nos sentimos mejor si podemos compartir esa preocupación con alguien que nos entiende, que es capaz de ponerse en nuestro lugar…Sin embargo que nos digan “Lo que tenías que haber hecho….” “Has actuado mal, no te dejes….haz….” no nos ayuda tanto puesto que lo que realmente necesitamos es ayuda y COMPRENSIÓN por parte de quien escucha.
¡Ese modo de dialogar es posible! Ya sea en casa, en el trabajo, con amigos, familia…Respetar el turno de palabra, dejar que nos cuenten e intentar comprender a la otra persona nos permitirá a su vez que ellos hagan lo mismo cuando somos nosotros los que hablamos.
Contar lo que nos afecta o lo que nos preocupa evita ese malestar que tenemos cuando silenciamos los problemas, dándole vueltas a lo que nos angustia y no somos capaces de superar. Callarse los problemas no es la solución, no los evita y mucho menos desaparecen por si solos…Tendemos a pensar que cuando no hablamos de un problema o una preocupación lo superaremos….nos sentiremos mejor al no revivirlo…pero… ¡resulta una falsa creencia! Siguen ahí….pero nosotros mismos tenemos la clave para superarlos, para saber enfrentarnos a esas angustias y preocupaciones…para pedir ayuda…para escuchar y ser escuchados.

 Cuando pierdas, no pierdas la lección
Dalai Lama.
Ana Madueño

Psicóloga 

lunes, 25 de abril de 2016

¿Televisión…Internet….?

Sí os digo que la mayoría de niños se pasan la mayor parte del día frente a la televisión, internet o videoconsola no os estoy contando nada nuevo…
En sí mismas, dichas herramientas, no son “nada malo”, resultan una herramienta útil de aprendizaje, información y entretenimiento…el problema surge cuando establecemos una relación de dependencia con las mismas. Esta relación hace que se dedique un tiempo excesivo a estas actividades perjudicando a otras sumamente importantes como los estudios, relaciones sociales, descanso, charlar con familia o amigos….Produciéndose, normalmente, un descenso en el rendimiento escolar.
Los padres son los principales responsables del tiempo que dedican sus hijos a diferentes actividades pero, lógicamente, no podemos controlar absolutamente todo lo que hacen nuestros hijos. Para ello es necesario educarlos para que adopten una actitud crítica y puedan tener decisión frente a las distintas elecciones, actuando con responsabilidad.  
Existen diferentes pautas que pueden servir para ayudar a utilizar de forma lógica las herramientas mencionadas: en primer lugar es importante acompañar a nuestros hijos, conocer sus intereses, inquietudes (jugar con ellos un rato, ver la televisión juntos…) para así fomentar la comunicación, por otra parte resulta especialmente importante proponer alternativas de ocio, hemos de controlar el tiempo que nuestros hijos pasa delante de la pantalla (móvil, televisión, internet….). Ni la televisión, ni el ordenador deben estar situados en la habitación de los más pequeños,  hemos de situar el ordenador en un sitio que podamos ver en determinado momento los lugares que están explorando; por último, aunque suene extraño, no debemos utilizar estas herramientas como premio o castigo puesto que lo único que haríamos sería aumentar su valor.
Frente a internet, la televisión o videojuegos también resulta especialmente importante establecer una serie de pautas con nuestros hijos.  Respecto a internet,  hemos de establecer un acuerdo de no proporcionar datos personales, no mandar fotos, no planear un encuentro con una persona que hayan conocido en la red, respetar el horario fijado…es muy importante hablar con nuestros hijos sobre lo anterior. En torno a la televisión, debemos enseñarles a elegir los programas adecuados, no menos importante resulta que aprendan a apagar la misma cuando termina un programa, debemos intentar evitar la televisión durante el tiempo para la comida o cena ¡es un tiempo muy bueno para comunicarnos!
Y vosotros… ¿Cuándo preferís hablar en familia?

Hay una fuerza motriz más poderosa
que el vapor, la electricidad
y la energía atómica:
LA VOLUNTAD
Albert Einstein
Ana Madueño

Psicóloga

miércoles, 6 de abril de 2016

Los conflictos….algo natural en nuestras vidas.


El conflicto es un hecho natural y cotidiano al que todos nos enfrentamos en el trabajo, con amigos, familia, parejas…. Su origen se encuentra en las situaciones propias de la convivencia y de las relaciones humanas, por ello decimos que es natural.

Pero sí se trata de algo natural y forma parte de nuestro día a día ¿por qué nos sentimos mal cuando estamos ante el mismo? Cuando surge un conflicto con un amigo, pareja, algún familiar, nuestra  comunicación se interrumpe y nos sentimos heridos. A pesar de ello, si recordamos algún conflicto, quizá nos demos cuenta de que fuimos capaces de resolverlo de manera adecuada, que nos permitió conocernos mejor a nosotros mismos y establecer relaciones sociales más positivas.

Como podéis observar, el conflicto en sí no es positivo ni negativo, el hecho de que intentemos evitarlo se debe a que normalmente no nos satisface la manera de gestionarlo ¡Incluido en los conflictos familiares, que son los más personales!  Todos sabemos que no existe nadie como las personas más cercanas a nosotros para hacernos sentir bien o hacernos sentir mal…

Todos los conflictos familiares suelen tener su historia: percepciones, comportamientos del pasado o experiencias…que en su conjunto definen el mismo. Y, por supuesto, cada reacción de una parte determina la reacción de la otra. Otra características de los conflictos familiares es que, en muchas ocasiones, pretendemos satisfacer nuestras necesidades psicológicas y personales, es decir,  por ejemplo nuestras necesidades pueden girar en torno a sentirnos seguro, sentirnos queridos, querer tener el control…Y es en este sentido, donde nos damos cuenta de por qué la autoestima juega un papel tan importante en los conflictos.

Otra característica fundamental es la disonancia entre la  realidad y lo que las personas perciben como real. Normalmente la manera de percibir la realidad está compuesta de cada creencia, experiencia pasada juicio o ideas.
Y vosotros ¿cómo solucionáis vuestros conflictos?

“Las personas que nunca fueron
 derrotadas son aquellas que nunca lucharon”
Paulo Coelho
Ana Madueño

Psicóloga

jueves, 17 de marzo de 2016

Las notas y los suspensos

      A un paso de las vacaciones...llegan las notas y puede que hasta el momento las calificaciones hubieran sido buenas, incluso excelentes….pero, de repente, llega a casa el primer suspenso. Con ello se rompe una costumbre, incluso una rutina positiva en el comportamiento de los hijos…y vosotros, como padres y, por supuesto personas, no termináis de encajar y comprender….
        Cuando os recibimos en CES EDUCA, la primera cuestión que os suele rondar es...”por qué ha suspendido si siempre ha sido de sacar buenas notas”, desde aquí queremos contaros que lo más probable es que el suspenso esté causado por diferentes motivos:
-porque se ha descuidado en la preparación del examen.
-porque no le gusta la materia.
-porque se bloquea cuando se pone a estudiar, no se encuentra motivado o porque no obtiene los resultados que espera después de las horas de preparación que dedica.
-porque, sencillamente, no entiende a la profesora.
Y… ¿qué es lo que sucede en las familias cuando los hijos suspenden? ¿Cómo responden los padres? Por lo general, el ambiente familiar se enrarece, los castigos, las correcciones continuas aparecen y recaen sobre el hijo que suspendió, que se encuentra culpabilizado y confundido.
El hijo, en realidad, no sabe cómo responder. Por una parte siente que sus padres llevan razón, sin embargo también se siente confuso y dolido por todo lo que recae sobre él. No podemos  negar que el malestar de los padres tiene mucho de objetivo, ciertamente, pero también está cargado de muchas connotaciones subjetivas. Un hijo no debe ser medido sólo por las calificaciones que obtenga. Es obvio, que las calificaciones son importantes puesto que constituyen un indicador, más o menos objetivo, de cómo va ese hijo, es decir, si se esfuerza o no, si es constante, si está motivado o no, si tolera las frustraciones, si sabe cómo estudiar o no…Pero, insistimos, las calificaciones no son el único modo de manifestar lo que el hijo es.  Hemos de tomarlas como un aspecto que manifiesta ciertas características objetivas de los hijos.
El primer suspenso suele constituir una de las primeras situaciones en las que el hijo se encuentra ante una situación frustrante personal, una valoración negativa sobre un determinado aprendizaje cuantificado de forma numérica. Es importante que los padres le enseñen a afrontar esa experiencia frustrante, por ello resulta conveniente llegar a identificar las causas por las cuales se produjo ese suspenso. Para ello, como os decíamos al principio del post, es importante conocer los motivos por los que está causado el suspenso. Es muy importante conocerlos, por ello cuando nos pedís ayuda o que colaboremos con vosotros por el bienestar de vuestro hijo en nuestros cursos de Técnicas de Estudio lo primero que hacemos es “conocerle” , qué inquietudes tiene, si se encuentra motivado, cómo es ese hábito de estudio, si existe algún factor externo que le impide realizar el estudio como debiera ser, qué estrategias utiliza, cómo es su lugar de estudio…A continuación,  explicamos la motivación y automotivación, de qué depende, por qué es importante, posteriormente las características que ha de tener el lugar de estudio. Por supuesto, otro de los puntos importante es la atención y la concentración, qué factores pueden afectarnos así como diferentes estrategias para mejorarla.  Por otra parte,  no podemos olvidar las  estrategias de recogida y selección de la información como las de síntesis y comprensión puesto que resulta uno de los puntos fuertes en dichos cursos, para posteriormente contaros cual es la función del repaso y del recuerdo a la hora de estudiar.
¡Cualquier duda podéis preguntarnos, esperamos haberos ayudado!
“Nos vemos”

“Dime y lo olvido,
enséñame y lo recuerdo,
involúcrame y lo aprendo.” 
Benjamin Franklin.
Ana Madueño
Psicóloga



sábado, 5 de marzo de 2016

Hola…¡de nuevo!

Después de un parón, estamos de nuevo de aquí. Deseando leer vuestras aportaciones y  “contarnos”...
Para “ponernos al día”, en este primer post, vamos a realizar un breve resumen de los que ya habéis podido leer, y una pequeña lista de propuestas de los que están por venir…
Hasta ahora hemos venido hablando de los conflictos en la infancia, la familia…qué ocurre cuando algo se rompe en dicha familia…y sí nos separamos…qué podemos hacer para ayudar a los peques de la casa a resolver por sí mismos los conflictos, comentábamos que era importante mostrar un modelo claro y sencillo de lo que esperamos de ellos, confiar en la autorregulación, no hacer por ellos lo que esperamos que hagan por sí mismos, dejar de premiar o reconocer lo que no queremos que suceda o promover aquello que facilite que no se repita el comportamiento que queremos eliminar. Por otra parte, como ya sábeis, dedicamos diferentes post al tema de la familia, el vínculo que nos une, empatizar…ponerse en el lugar del otro, comprenderle y entenderle a pesar de que no compartamos la misma perspectiva… ¡a todos nos encanta que nos entiendan….que nos escuchen! 
Pero… ¿qué pasa si en una familia…los papás deciden separarse? Una de las mayores preocupaciones suele ser la edad de los hijos…destacábamos que no existe una etapa evolutiva en la infancia que garantice la ausencia de reacciones emocionales negativas de los niños ante la separación, el efecto directo emocional y conductual dependerá del nivel de conflictos y tensión entre sus padres y de la prolongación y duración de los mismos antes, durante y después;  por ello, realizamos un post intentando aclarar cuáles son las reacciones más habituales ante dichas situaciones según la edad de los peques de la casa.
En los próximos post nos gustaría seguir escribiendo sobre familia, problemas cotidianos, problemas en el cole…por ello nos encantaría que aportarais ideas.
¡Nos vemos dentro de poquito!
“Valentía no es la ausencia de miedo, sino
 la fortaleza de seguir adelante a pesar del miedo”
Paulo Coelho


Ana Madueño
Psicóloga