miércoles, 25 de septiembre de 2019

¿TE RESULTA DIFÍCIL AFRONTAR OBJETOS O SITUACIONES TEMIDAS?

La exposición es una de las técnicas más eficaces para el tratamiento de los trastornos de ansiedad. Sin embargo, y pese a los buenos resultados sobre su eficacia, los datos indican que alrededor de un 25% de los pacientes rechazan la exposición o abandona este tratamiento (Marks, 1992).

Por ello existen, diversos escenarios, entornos de realidad virtual y aumentada, vídeos en 3D y 360º, empleados para el tratamiento de diferentes tipos de trastornos (TEPT, TOC, TDAH, Ansiedad, Depresión, Miedos, Fobias, etc.).

Se permite al paciente interactuar en entornos virtuales, situados entre la exposición real y la exposición imaginada, permitiendo al profesional tener un control total sobre los parámetros de la exposición y un registro de la respuesta fisiológica del paciente.






Las nuevas tecnologías son nuestro presente y nuestro futuro, por lo que es importante tener en cuenta que pueden sernos de mucha utilidad en terapia.

Natalia Regidor Mecha
Psicóloga Colegiada (M-34438)

miércoles, 18 de septiembre de 2019

APEGO Y DESARROLLO

Es importante entender que desde el momento en el que nacemos ya estamos en continuo desarrollo. Las figuras de protección del bebé son en primer lugar la madre y en segundo lugar el padre. Cómo estos respondan ante sus demandas, implicará el desarrollo emocional, psicológico y social del niño, el cual aprenderá a relacionarse a partir de la relación con sus padres, y este aprendizaje lo extrapolará a las relaciones posteriores con sus iguales. 

Existen cuatro tipos de apego explicados a partir del experimento de Harlow (la madre deja al niño en una sala con juguetes solo, y al rato vuelve), según el tipo de apego el niño reaccionará de una manera u otra: 

  1. Apego seguro: el niño explora la habitación, puede echar de menos a la madre al irse, pero cuando vuelve va hacia ella para buscar el contacto físico y la hace partícipe de lo que ha explorado.
  2. Apego evitativo: el niño no llora al separarse de su madre. Cuando la madre entra de nuevo a la sala, el niño no se acerca a ella e intenta evitar el encuentro (sigue jugando).
  3. Apego ansioso-ambivalente: cuando la madre sale de la sala casi no hay exploración por la ansiedad que le supone al niño la separación. Presta atención a la madre cuando entra de nuevo en la sala que sigue llorando y no reanuda la exploración tras el encuentro.
  4. Apego desorganizado: se muestra desorientado cuando la madre se va, y cuando ésta vuelve a entrar no se acerca a ella y se queda como bloqueado. El resultado es un sentimiento ambivalente porque la misma figura que me protege es la causante de mis miedos. 
Es importante estar ahí para nuestros hijos, y eso implica saber cómo reaccionar ante sus demandas. Por ejemplo, si mi hijo tiene miedo por la noche, si yo no acudo a su demanda de refugio y protección o invalido esas emociones con frases del tipo ''es una tontería tener miedo, no hay nada'', no estoy respondiendo a su necesidad emocional.

Otro ejemplo típico es el llanto, cuando un niño se pone a llorar, muchas veces la frase típica es ''eres un llorica o los niños buenos no lloran'', por tanto el mensaje que les estamos dando es que llorar y por tanto estar triste no está bien, y eso no solo repercutirá a su desarrollo social sino también a su desarrollo emocional. 

Actualmente con las nuevas tecnologías, nuestros hijos nos llaman y les ignoramos, y si en ese momento nos quieren enseñar algo importante para ellos, el mensaje que les estamos dando, es que ellos no nos interesan, o que hay otras cosas más importantes. 

Por tanto, es importante tener paciencia, acercarte a tu hijo cuando te reclame y escuchar lo que necesita y si es posible dárselo. Darle cariño físico y verbalmente así como establecer límites y normas es la mejor manera de promover su desarrollo de manera adaptativo. Nunca olvidemos que cómo se relacione con los demás, es un reflejo de cómo se ha relacionado con nosotros. 

Psicóloga: Silvia Sánchez Torres

lunes, 16 de septiembre de 2019

Y TÚ, ¿SABES LO QUE QUIERES?

Recuerdo, perfectamente, como si fuera ayer mismo cuando tuve que elegir mi carrera universitaria y mi "profesión". Recuerdo cómo, desde hacía muchos años, mi alma siempre me había dicho que mi vocación era ayudar a los demás y mi corazón me gritaba la palabra PSICOLOGÍA.


Del mismo modo, recuerdo como el miedo y la inseguridad (mis grandes saboteadores) y los “consejos” de la gente que decía que sabían lo que era mejor para mi me hicieron hasta matricularme de una carrera en la que sé que no hubiera sido feliz: Administración de Empresas.

Recuerdo ese día de angustia y dolor del alma en el que me levanté de la cama en Irlanda, llorando porque no quería hacer esa carrera. Fue como una de estas cosas que te vienen directas al corazón y que te grita “ ¿¿QUÉ ESTÁS HACIENDO CON TU VIDA PATRICIA?? En ese momento, se pudo arreglar y, finalmente, hice psicología.

Pero mi miedo, mi inseguridad y mi carencia no desaparecieron, es más, me auto-convencí de que lo mejor para mi era trabajar en empresa, como recursos humanos. Me decía, una y otra vez, que me gustaba. Pero, en realidad, lo que había era mucho miedo a la inestabilidad, a no ganar lo suficiente para cuidar a mi y a los míos (si… yo durante mucho tiempo he pensado en todo el mundo menos en mí, casi pensaba antes en el vecino del quinto que no tenía…) y mucha inseguridad.



Desde entonces, he trabajado y trabajo en recursos humanos y, ni mucho menos me arrepiento, he aprendido, me he desarrollado como personas, he superado muchas de mis creencias limitantes y trabajado a tope mis creencias de escasez económica y mis miedos a no tener dinero suficiente.

Puedo decir que me siento bien haciendo mi trabajo, que me gusta y que no me levanto todos los días triste. Esto lo puedo decir hoy, tras perdonarme por fallarme a mi misma y tras hacer un profundo trabajo de agradecimiento y aceptación. Pero creo que innegable cual es mi pasión, lo que me hace vibrar y lo que haría sin ganar nada: LAS PERSONAS. Soy feliz con cada taller, con cada terapia, con cada acción que hago por y para ayudar a las personas.

Recuerdo como si fuera ayer la primera frase que dije en la facultad de Psicología de la Autónoma de Madrid:” Estoy aquí para ayudar a las personas” y lo digo con las lágrimas en mis ojos, porque, aunque ha sido todo un proceso, ya sé quién soy y no estoy dispuesta a perderme nunca más.

Hay muchas maneras de fijarnos objetivos desde la mente o desde el corazón. Mi objetivo de trabajar en empresa fue desde la mente y, madre mía, la de sacrificio y lágrimas que me ha llevado. Lo he sacado todo porque a persistente y constante no me gana ni Dios, pero ojo no ha fluido nunca ni pa’ lante ni pa’ tras.

Sin embargo, cuando estás en lo tuyo cuando la meta es del corazón, del alma, cuando de verdad lo quieres, todo se da. Sucede y fluye, con esfuerzo y dedicación por supuesto, pero la vida te va poniendo todo para se genere y se construya, es saber escuchar las señales de la vida.

Y TÚ ¿SABES LO QUE QUIERES?

jueves, 5 de septiembre de 2019

LA MAGIA DE LA COMUNICACIÓN



‘’La Logopedia es la disciplina que engloba el estudio, prevención, evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la comunicación humana, manifestados a través de patologías y alteraciones en la voz, el habla, el lenguaje (oral, escrito y gestual), la audición y las funciones orofaciales, tanto en población infantil como adulta.’’

Pues bien esto fue lo que leí sobre la disciplina que iba a estudiar, muy perdida en ello comencé la aventura. Tuve mil dudas y miedos a la vez, pensé, ¿Realmente valdré para esto? ¿Me gustará?

Según iba avanzando el tiempo en la carrera más me fascinaba la cantidad de patologías que podemos tratar, siempre se había dicho, el logopeda… ¿Ese es el que te enseña a decir la /r/ no? Pues sí tratamos la /r/ pero, ¿sabéis la de campos que podemos tratar? Tratamos la dislexia, ictus, demencias, disfagia, dislalias, TEA, Parkinson, afasias, deglución atípica…En fin podría estar mencionando un buen rato diferentes tipos de patologías, por no decir también las diferentes edades, que no sólo tratamos peques.

Sólo puedo decir que amo esta profesión, nunca imaginé lo gratificante que es poder ayudar a comunicarse a las personas y llegar a entenderlas sin que digan ni una palabra. Porque esa es la magia de la comunicación, que no sólo tenemos que comunicarnos a través del habla, podemos transmitir mucho a través de un gesto o una mirada.

‘’Ser logopeda es: escuchar una lágrima, articular una emoción, vocalizar un deseo, leer el alma y escribir una sonrisa". (Mara Behlau)


Layla Abu-Sabha López
Logopeda
NºColegiada 28/1132