Día a día sentimos
emociones, tú, tu compañero de trabajo, tu familiar….todos, tanto positivas
como negativas…Pero… ¿Cómo las reconocemos? Es importante reconocerlas tanto en
nosotros como en los demás, ser conscientes que sentir cualquier emoción es
normal y para ello es importante conocerlas.
¿Qué entendemos por
emoción? Se trata de un sentimiento que experimentamos ante una situación
concreta. Es una respuesta que posee tres componentes: por una parte el físico
o fisiológico (por ejemplo la forma que tenemos de respirar), el conductual (la
acción de reír, llorar…) y el cognitivo (los razonamientos o justificaciones
que hacemos de nuestro comportamiento cuando experimentamos distintas emociones
que afectan a nuestro estado de ánimo como la alegría, sensación de
indefensión…).
¿Elegimos siempre la
opción que más nos conviene o “nos dejamos llevar”? ¿Podemos ser siempre en nuestras elecciones objetivos? La
mayoría de las decisiones que tomamos están influenciadas por las emociones que
sentimos, teniendo éstas una función adaptativa.
Es aquí donde la
Inteligencia Emocional juega un papel fundamental, la podemos definir como la capacidad que
tenemos para reconocer, comprender y reconducir las emociones y los
sentimientos, tanto los propios como los demás.
La Inteligencia
Emocional implica la habilidad para percibir, valorar y expresar emociones con
exactitud; la habilidad para acceder y/o generar sentimientos que faciliten el
pensamiento; la habilidad para comprender emociones y el conocimiento emocional
y la habilidad para regular las emociones promoviendo un crecimiento emocional
e intelectual‖. (Mayer y Salovey, 1997, p. 10).
Desde que somos pequeños,
desde los primeros años de vida, se debe aprender a manejar las diferentes
emociones. Dar a los niños un espacio donde en los que les podamos transmitir y
enseñar a través del juego a reconocer, expresar y manejar adecuadamente sus
emociones, el juego posee un gran valor educativo, les ayuda a comparar, a
descubrir, a representar…
Motivarles, reconocer y
valorar sus esfuerzos, apoyarles, darle confianza en sí mismo y sus
posibilidades, hablar con ellos, enseñarle a ponerse en el lugar de los demás,
animarle a expresar cómo se siente…son algunas de las claves para desarrollar
la inteligencia emocional de los más pequeños de la casa.
Durante el mes de Junio
haremos unos Talleres sobre Inteligencia emocional donde podréis asistir junto
a vuestros hijos/as y juntos ¡aprenderemos!
“El medio mejor para hacer buenos
a los niños es hacerlos felices”
Oscar Wilde
Ana Madueño
Psicóloga