¡Buenos días!
Este miércoles con motivo del pasado Día Internacional de la Felicidad
celebrado el 20 de marzo queremos hablaros sobre ella en la publicación de esta
semana.
Actualmente, si
prestamos atención a nuestro entorno, estamos rodeados de mensajes positivos
que parecen demonizar las emociones negativas en general y el estar tristes en
particular. Marcas como Mr. Wonderful con frases del tipo “Sonríe en los malos
momentos porque en los buenos lo hace todo el mundo” o “Todos tus sueños pueden hacerse realidad si tienes el coraje de perseguirlos” son un reflejo de lo que
se entiende hoy por felicidad.
Estas frases no
son “felicidad”; si nos tomamos estas frases como imperativos a seguir,
acabaremos frustrados y deprimidos ya que no podemos sonreír siempre ni podemos
conseguir todo lo que queremos o soñamos por mucho que lo persigamos. Cuando
estamos viviendo una situación de pérdida, una situación injusta, o pasando por
algo que no sepamos cómo va a terminar; tenemos que permitirnos estar tristes,
enfadados, preocupados…, permitirnos no tener un buen día porque, como ya hemos
explicado en publicaciones anteriores, todas esas emociones desagradables o
negativas, tienen una función adaptativa en nuestra vida y nos permiten actuar
en consecuencia.
Ahora bien, para
otros muchos, frases de este tipo han hecho que se vuelvan unos haters de la felicidad, es decir;
personas que reniegan de todos los efectos positivos que tienen en nosotros
sentir emociones agradables o positivas y que no han demonizado las emociones
negativas, sino las positivas y la felicidad.
Como casi todo
en esta vida, lo encontramos en un punto medio: ni tenemos que sonreír siempre,
hasta en los malos momentos; ni tenemos que ser nubarrones negros para nosotros
y nuestro alrededor. Es importante saber dar el valor que tiene a cada emoción
que sentimos; identificarlas, comprenderlas y regularlas. Esto nos recuerda al
concepto de inteligencia emocional,
muy relacionado con la felicidad o nivel de bienestar psicológico de las
personas.
Platón o Aristóteles
ya hablaban y filosofaban acerca de la felicidad,
por lo que podemos pensar que es un tema que ha preocupado desde la Antigua
Grecia. Actualmente, la psicología ha realizado también múltiples estudios
científicos sobre cómo el ser humano puede alcanzar la felicidad. En el resto
de publicaciones que hemos realizado, nos hemos estado centrando en las
emociones negativas como la ansiedad. Lo hemos hecho así porque son emociones
que causan mucho malestar a las personas que las sufren. Pero, por otro lado,
no debemos olvidar que además de saber reconocer, comprender y regular la
ansiedad, es igual de importante saber hacer incrementar, sobre todo en según
qué momentos, las emociones positivas que sentimos para poder paliar los
efectos de las emociones negativas y el estrés en nuestra vida y nuestro cuerpo.
Pero… ¿Qué
efectos tienen las emociones positivas? Según los estudios, los efectos que
tienen emociones positivas como la alegría, el amor o el interés son:
- El juicio hacia los demás y uno mismo es más indulgente.
- Favorecen relaciones con los demás más íntimas y satisfactorias.
- Favorecen la resistencia ante las adversidades.
- Favorecen reparar o contrarrestar estados de ánimo negativos.
- Asociados a una mejor salud cardiovascular (menor tensión arterial, menor tasa cardiaca…)
- Mejoran el funcionamiento del sistema inmunitario.
- Favorecen la simpatía, la atracción y el apego a los demás.
- Hacen que codifiquemos y recuperemos mejor recuerdos positivos.
- Amplían el campo visual y el foco atencional.
- Generan un pensamiento más flexible y creativo.
- Favorecen la búsqueda de información.
- Generan más repertorios de conducta.
Si tenemos todo
esto en cuenta, vemos la importancia de potenciarlas en nuestro día a día ya
que, al igual que todas las emociones, las positivas también tienen una función
adaptativa. En futuras publicaciones seguiremos escribiendo sobre este tema que,
desde el Gabinete de psicología y logopedia de CES Educa, creemos que es
también muy importante. Espero que os haya resultado interesante.
¡Hasta la semana que viene!
Laura Alonso Rodríguez
Psicóloga colegiada M-28753
Referencias:
Vázquez C. y Hervás G. (2014). La
ciencia del bienestar: Fundamentos de una Psicología Positiva. Alianza Editorial.