lunes, 30 de noviembre de 2015

Nos separamos...Parte II

¡Buenos días!Continuamos de nuevo con la segunda parte del post de la semana pasada...

Muchas veces nos llegan preguntas sobre cuál será la reacción de mi hijo si me separo, por ello vamos intentar  aclarar  cuales son las reacciones más habituales según la edad de nuestros hijos. Comenzamos con los menores de 5 años,  dicha etapa es un periodo crítico para el desarrollo infantil, lo habitual es que presenten un malestar profundo, ansiedad ante la separación, miedo al abandono, en algunos pequeños suele darse la pérdida de hábitos ya adquiridos, por ejemplo control de esfínteres. Es positivo hablar con ellos de que no tienen nada que ver con la situación, evitar que se sientan culpables. Entre los 6 y los 8 años suelen presentar sentimientos de tristeza, inseguridad y miedo, la necesidad de estar con ambos es total. En ocasiones suelen presentar peores notas, peleas con otros niños, aislamiento, fantasía, suelen no querer separarse del progenitor con quién viven, es necesario darles tiempo para que se adapten a la nueva situación familiar. Entre los 9 y 12 años tienden a culpar a uno de los progenitores de la situación. En ocasiones se enfadan por cómo ese hecho va a cambiar sus vidas, por ejemplo si uno de los progenitores vive lejos porque le van a ver menos o si no paga la pensión porque saben que el dinero es necesario para vivir. Por ello, es importante que ambos progenitores mantenga una relación continua ayudándoles y supervisando su entorno social y escolar. En la adolescencia suelen afrontar mejor el divorcio, cuentan con una mejor capacidad de comprensión así como con el apoyo de iguales y adultos. Suelen presentar una conducta contradictoria de autosuficiencia y dependencia, por ello es fundamental mantener ciertas normas de convivencia.
Hemos de destacar que es fundamental cómo reacciones los padres ante la separación puesto que ello determinará el equilibrio fundamental emocional sus hijos.
No hemos de dejar de lado el impacto que supone, tanto para la madre como para el padre, la separación. Suelen experimentar emociones muy variadas desde la angustia, miedo, preocupación, tristeza, desconcierto hasta la tranquilidad. Suelen aparecen miedos, miedo a perder el afecto de los hijos, a que no entiendan la nueva situación. La ruptura se suele considerar una de las experiencias más dolorosas y estresantes que suelen existir, es un proceso largo con las características propias de cada familia. Sin embargo, nuestros hijos esperan que salgamos adelante. Por ello la primera, y fundamental, tarea es  afrontar cualquier sentimiento de fracaso o culpa, seguidamente es superar el aislamiento social y emocional. Esta tarea no es fácil, requiere mucho tiempo poder evitar las reacciones negativas frente a nuestra ex pareja en favor de una tarea conjunta como padres.
Si tenéis cualquier consulta, miedo o preocupación aquí estamos para estar con vosotros, intentaremos contestar en la medida de lo posible las preguntas personales que puedan surgir desde aquí.
Buscar lo que uno está preparado para hacer y
 encontrar una oportunidad para hacerlo, 
esa es la clave de  la felicidad.
John Dewey
Ana Madueño
Psicóloga


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