Una semana más
acudimos a nuestra cita para tratar cuestiones de interés que resolvemos en
nuestro servicio de Logopedia. Hoy vamos a hablar sobre un trastorno que afecta
a la fluidez del habla: la tartamudez, también llamada en el ámbito médico y
logopédico como disfemia.
Este trastorno
afecta tanto a niños y niñas como a adultos. Actualmente no se conoce con
exactitud la causa de la tartamudez. Sin embargo existen diferentes factores
que pueden estar relacionados. La disfemia puede ocurrir porque hay un error o
una demora en el
mensaje que el cerebro
del niño/a envía a los músculos de la boca necesarios para la producción oral.
Este error o demora en el envío del mensaje hace que sea muy difícil coordinar
los músculos de la boca cuando se está hablando y, como resultado se produce la
tartamudez. También debemos tener presentes factores genéticos ya que un niño/a que tenga en su historia
familiar alguien con tartamudez tiene más probabilidad de desarrollar disfemia
infantil pero no necesariamente, habría que analizar cada caso. Debemos tener
en cuenta que la disfemia es evolutiva en un inicio cuando los más pequeños
están adquiriendo el lenguaje y es necesario valorarla cuando persiste en el
tiempo.
La frecuencia
con la que tartamudean los niños y niñas con disfemia varía mucho de un caso a otro. Algunos niños/as solo lo
hacen de forma ocasional a lo largo del día, mientras que otros pueden
tartamudear en cada palabra que digan. La tartamudez puede cambiar mucho de un
día a otro, en semanas o meses. A veces, puede desaparecer por completo durante
días, semanas o meses y volver a aparecer de nuevo. Pueden existir situaciones
particulares que empeoran o mejoran la tartamudez de los niños/as, por ejemplo,
cuando están cansados, enfadados o excitados pueden tartamudear más. Los niños/as
que tartamudean pueden sentirse frustrados o avergonzados por la forma en la
que otros niños/as reaccionan cuando lo hacen. Esto hace que eviten hablar en
público o que cambien lo que querían decir para facilitar un habla fluida.
La disfemia no
afecta al desarrollo pero si ésta continúa hasta que el niño/a alcanza el
primer curso de educación primaria puede convertirse en un problema, ya que al
tartamudear pueden aislarse de las actividades grupales y ser víctimas de acoso escolar o bullying, afectando a su rendimiento académico.
¿Cuándo intervenir y cómo lo hacemos? Lo más adecuado es consultar con un profesional
para realizar una evaluación y enmarcar el problema: cuánto tiempo hace que el
niño/a comenzó a tartamudear, edad de inicio, si ha existido algún cambio,
número de veces que tartamudea en el habla espontánea y en el habla dirigida o
provocada, identificación de factores ambientales, lingüísticos y psicológicos…Posteriormente
hacemos el tratamiento individualizado que más se adapte a la edad del niño/a y
a la naturaleza de la tartamudez.
Si tu hijo/a
presenta alguna alteración en el habla y crees que tartamudea, ven a
consultarnos. Aquí os dejamos algunos
consejos que pueden ayudarle:
- No le exijas hablar
bien y de forma correcta todo el tiempo. Es importante que hablar sea algo
divertido y relajado para él.
- Aprovecha las comidas
familiares para hablar. Evita las distracciones como la televisión o
dispositivos móviles.
- Evita correcciones del
tipo “respira hondo”,” tómate un tiempo”. Aunque estos comentarios sean
bien intencionados pueden hacer que tu hijo/a sea más consciente de su
problema y puede afectar a su autoestima.
- Evita que tu hijo/a
continúe hablando o leyendo cuando está incómodo o cuando la tartamudez
aumenta. En esos momentos es importante animarle a hacer actividades que
no requieran hablar.
- No le digas a tu hijo/a
que piense antes de hablar.
- Es importante que la
casa sea un ambiente tranquilo para que tu hijo/a se sienta cómodo y así
inicie conversaciones espontáneas.
- Mantén el contacto ocular con tu hijo cuando esté tartamudeando.
Evita quitarle la mirada o mostrar signos de decepción.
- Háblale despacio. Esto te llevará un tiempo, pero ayudará a mejorar la fluidez de
habla de tu hijo/a ya que una velocidad rápida favorece la tartamudez. No
le completes las palabras, déjale que se exprese y termine a su ritmo, sin
hablar por él/ella.
¡¡¡
FELIZ SEMANA !!!
Beatriz Ruiz Hernández
Logopeda
Nº Col. 28/1047
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