El conflicto es un hecho
natural y cotidiano al que todos nos enfrentamos en el trabajo, con amigos,
familia, parejas…. Su origen se encuentra en las situaciones propias de la
convivencia y de las relaciones humanas, por ello decimos que es natural.
Pero sí se trata de algo
natural y forma parte de nuestro día a día ¿por qué nos sentimos mal cuando
estamos ante el mismo? Cuando surge un conflicto con un amigo, pareja, algún
familiar, nuestra comunicación se interrumpe
y nos sentimos heridos. A pesar de ello, si recordamos algún conflicto, quizá
nos demos cuenta de que fuimos capaces de resolverlo de manera adecuada, que
nos permitió conocernos mejor a nosotros mismos y establecer relaciones
sociales más positivas.
Como podéis observar, el
conflicto en sí no es positivo ni negativo, el hecho de que intentemos evitarlo
se debe a que normalmente no nos satisface la manera de gestionarlo ¡Incluido
en los conflictos familiares, que son los más personales! Todos sabemos que no existe nadie como las
personas más cercanas a nosotros para hacernos sentir bien o hacernos sentir
mal…
Todos los conflictos
familiares suelen tener su historia: percepciones, comportamientos del pasado o
experiencias…que en su conjunto definen el mismo. Y, por supuesto, cada
reacción de una parte determina la reacción de la otra. Otra características de
los conflictos familiares es que, en muchas ocasiones, pretendemos satisfacer
nuestras necesidades psicológicas y personales, es decir, por ejemplo nuestras necesidades pueden girar
en torno a sentirnos seguro, sentirnos queridos, querer tener el control…Y es
en este sentido, donde nos damos cuenta de por qué la autoestima juega un papel
tan importante en los conflictos.
Otra característica fundamental
es la disonancia entre la realidad y lo
que las personas perciben como real. Normalmente la manera de percibir la
realidad está compuesta de cada creencia, experiencia pasada juicio o ideas.
Y vosotros ¿cómo
solucionáis vuestros conflictos?
“Las personas que nunca fueron
derrotadas
son aquellas que nunca lucharon”
Paulo Coelho
Ana Madueño
Psicóloga
No hay comentarios:
Publicar un comentario