¡Buenos días!
Un
miércoles más aquí estamos para leernos y “conocernos”. ..Hoy nos gustaría
hablar de un tema que seguro que todos y todas conocemos o, al menos, nos
resulta familiar. Nos gustaría ponernos en el lugar de esas personas (niños, niñas,
adolescentes…) que presentan una actividad motriz excesiva, es decir, a
aquellos que necesitan moverse con frecuencia, a aquellos a los que les cuesta
concentrarse o atender…
¿Por
qué nos resulta difícil comprender que no pueda parar, que le moleste un ruido…?
¿Somos nosotros los que no podemos entender, ni sabemos cómo gestionarlo? ¿Por
qué los responsabilizamos a ellos? Tristeza, rabia, preocupación,
frustración…son algunas de las emociones más experimentadas en los padres en
estos momentos…. ¿Qué puedo hacer con mi hijo?
Cuando
comenzamos a entender las dificultades de nuestros hijos “algo cambia”, cuando
comenzamos a entender sus emociones, cómo se sienten o por qué se sienten
así…es cuando comenzamos a acompañarles en ese recorrido. Una persona con
dificultades (niño, adulto…) no tiene emociones diferentes, es decir, también
se sienten tristes, enfadados, frustrados…Por ello, es fundamental, trabajar
junto a ellos, siendo imprescindible manejar dichas emociones en la vida
cotidiana. Cómo me siento, por qué me siento así…las emociones no deben suponer
un obstáculo para el desarrollo de nuestros hijos.
No
todos tenemos el mismo carácter, no experimentamos una situación con la misma
ansiedad, no nos asustamos ante lo mismo o enfadamos por la misma
razón…Entonces ¿por qué “exigimos” a nuestros hijos que mantengan el mismo
ritmo? A veces, aquel que tiene dificultades para concentrarse, aquel que
presenta una actividad motriz excesiva necesita aprender diferentes recursos o
estrategias, saber cómo se siente o por qué se siente de dicha manera y es por
ello que vosotros, podéis ayudarlo enseñándole a manejar dichas emociones. Las
emociones han de ser expresadas, no desaparecen por arte de magia y, por
supuesto, no debemos reprimirlas.
Debemos
trabajar su seguridad, su autoestima y tener en cuenta que siguen siendo niños
o adolescentes, tal y como decíamos antes, cada uno tiene sus necesidades y su
ritmo, por ello no juzguemos…no etiquetemos…y tengamos en cuenta sus
necesidades, tengamos en cuenta que es difícil rendir si sus necesidades
motrices no han sido satisfechas…como cualquiera de nosotros cuando no estamos
bien con nosotros mismos…o ¿alguien da lo mejor de sí mismo cuando experimenta
malestar?
No
dudéis en consultar con alguien que os pueda orientar, resolver cuestiones o
dudas y trabajar con vosotros en este recorrido.
Feliz
semana
Ana
Madueño
Psicóloga
“Tal vez en lugar de crecer, necesitamos
empequeñecernos para mirar aquello que llamamos realidad con los ojos de un
niño”
Liz Greene
No hay comentarios:
Publicar un comentario