Mantener una
relación de pareja y ser feliz en ella no es una tarea fácil.
Lo primero que hay que entender es
cómo evoluciona eso que llamamos amor. El amor es un acto libre en el que yo te
elijo, sin embargo, puedo dejar de elegirte en cualquier momento. El amor
evoluciona desde que uno queda por primera vez con su pareja hasta que llega el
momento en el que uno se replantea si es feliz con la persona con la que
comparte su vida, y quizás la solución está en entender que la pasión y el
enamoramiento del principio, solo se da en el principio, y que esa pasión luego
evoluciona hacia el ‘’querer’’, el ‘’amar’’ y finalmente el ‘’tener cariño’’
después de tanto tiempo.
Sin embargo, el amor no lo es todo,
imaginemos que el amor fuera un saco, hecho con tela de amor, sin embargo,
veríamos absurdo transportar un saco vacío.
Partamos de la base que una relación
de pareja es aquella en el que YO tengo mi vida, TU tienes la tuya, y luego
tenemos una vida en común, NOSOTROS (YO+TU=NOSOTROS). Si alguna de estas tres
dimensiones falla, la pareja no funciona.
Imaginemos que la pareja es como una
barca. Esa barca está construida a partir de aquellos valores que de manera
conjunta hemos identificado y definido como los pilares importantes que forman
nuestra relación (ej. Respeto, confianza, fidelidad, infidelidad, bienestar,
sexualidad, sentido del humor, metas, etc.). De tal manera que, si la barca
está hecha de paja, al primer remolino que nos encontremos en el agua, nuestra
barca se hundirá. Sin embargo, si cada tabla de madera está bien anclada será
difícil que nos hundamos.
Hay diferentes formas de estar en la
barca. Una de ellas es que ambos, montados en la barca, rememos en la misma
dirección, y por tanto, consigamos llegar hasta nuestra meta.
Otra posibilidad, es que aunque
ambos estemos encima de la barca, estemos remando en dirección contraria, y por
tanto, la barca esté dando círculos sobre sí misma. Por tanto, lo único que
hacemos es dar vueltas, con la sensación de no estar yendo a ningún sitio,
sumado a una sensación de mareo y descoordinación.
Otra opción, es que hay un pilar de
la barca que se haya caído y uno de los miembros de la pareja esté poniendo
todo su empeño en arreglarlo mientras que el otro desde fuera critica critica
cómo lo hace y no se implica o parece no estar de acuerdo con ese pilar.
Por último, existe la posibilidad,
de que uno de los dos se haya bajado de la barca desde hace tiempo, y de hecho
ya nade por el río en otra dirección, y por mucho que yo le grite
desesperadamente que vuelva a la barca, ya no me oye.
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