Las emociones son aquellas activaciones fisiológicas que
sentimos en nuestro cuerpo ante determinadas situaciones, y que conllevan
automáticamente generar un pensamiento sobre mí y las circunstancias.
¿Alguna
vez alguien os ha explicado qué es la tristeza?. Damos por supuesto que desde
pequeños nacemos conociendo y sabiendo gestionar nuestras emociones, pero eso
es un gran error.
Las emociones están en cada momento del día,
ante cada situación, y provocan en nosotros un pensamiento, y por consiguiente,
una conducta. Las emociones son las protagonistas en los momentos más
importantes de nuestra vida, sin embargo, podemos relacionarnas de manera
adaptativa con ellas, o puede ser la peor de nuestras pesadillas.
Partamos
de una premisa: NO HAY EMOCIONES NI BUENAS NI MALAS, todas tienen su función,
lo positivo o negativo es la manera en la que reaccionamos ante ellas.
Cada situación, cada persona la interpreta de una manera
diferente, y esto provoca en nosotros una reacción emocional.
Es importante ser capaces de abrirnos a nuestras emociones.
Es decir, estar abiertos a atenderlas y escucharlas. Además, el objetivo es
saber identificar cada emoción y ponerle su nombre o etiqueta correcta, pues no
es lo mismo sentir tristeza que sentir miedo.
El paso
más importante es la aceptación. Nos empeñamos en no querer sentir, en no
permitirnos sentir las emociones negativas, porque parece ‘’que siempre hay que
estar bien’’. Sin embargo, cuando dejo de luchar y acepto, y por tanto me permito
sentir lo que estoy sintiendo, entonces puedo comenzar a relacionarme de manera
adaptativa con mi emoción y a saber gestionarlas, y por consiguiente que
nuestras emociones sean nuestras aliadas en la toma de decisiones, y no
nuestras enemigas.
¿Qué nos
dice cada una de nuestras emociones? Y ¿qué nos decimos nosotros?.
Psicóloga Silvia Sánchez
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