miércoles, 15 de enero de 2020

Consciente vs inconsciente

Porque será que a veces, tenemos momentos de nuestra vida donde nos darían ganas de arrancarnos, literalmente, la cabeza para dejar de pensar.

A veces notamos ruido en nuestra cabeza, tanto que parece que nos va a explotar. Es como una especie de torbellino de pensamientos que se generan y atropellan entre sí. De vez en cuando, parece que consigues descifrar alguna palabra suelta en ellos, pero cuando eso sucede, ya te encargas tu mismo de bloquearlo y volver a ocultarlo en tu torbellino mental.

Parece que todo el rato tu cabeza estuviera en marcha. Todo el día estás nervioso, y ni siquiera tienes ganas de dormir. Te ocurren cosas a nivel físico, que tu sabes de donde vienen, pero que prefieres pensar que es porque has dormido o comido mal.

Sí, es tu inconsciente. En tu cabeza parece que hubiera una lucha, entre lo que sabes, y aquello que no quieres saber. Tu inconsciente, reclama su sitio como si te estuviera diciendo: ‘’tienes que escucharme’’. Pero tu no quieres, porque pararte a escucharle, implica tener que hacerle frente, implica tener que hablarlo o escribirlo, aunque sea contigo mismo. El lenguaje crea realidades, por lo que si lo dices en voz alta, será que está pasando de verdad. Y eso, da miedo.

Sin embargo, aunque el lenguaje crea realidades, tu necesitas ponerle palabras a tu realidad. Y para ello debes parar a pensar, no necesariamente a actuar, pero sí a pensar, en esos momentos en los que no haya ruido, cuál es tu verdad. Porque cuanto más lo evites, más enfadado estará tu inconsciente, tanto, que no te va a dejar dormir, ni concentrarte, ni comer, ni disfrutar de nada, porque su único objetivo va a ser que le prestes atención.

Así que escribe, haz un rayajo, dibuja, expresa de alguna manera lo que esa parte de ti necesita decirte. No te machaques, no tienes porqué siempre estar bien. La vida se trata de sentir, y al fin y al cabo, eso es lo que tu estás haciendo, sentir, y sentir, al máximo.

Valiente no es aquel que no tiene miedo, es aquel que lo tiene y, aun así, lo intenta.

Recuerda, puedes cambiar de camino, tantas veces como sea necesario.

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